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La coneja de mi hija ha cumplido un año de vida.
Cuidarla se ha vuelto parte de mi rutina. En la mañana la saco de su jaula y jugamos un poco mientras reviso pendientes, leo algún texto, o navego por internet. A media mañana la regreso a su jaula y le doy un poco de perejil, albahaca, pepino, hierbabuena, zanahoria y otras delicias. Pequeñas cantidades y variaciones para cada día. En la tarde la saco otro rato y la llevo junto a mi escritorio, o al jardín. Ahora estoy intentando sembrar algunas hierbas y verduras para que pueda comer directo de la tierra. También eso estoy aprendiendo.
Es fascinante su inteligencia, su sensibilidad, su voluntad de vida. Me sorprende la forma en que su naturaleza establece vínculos con mi naturaleza, en niveles que no puedo describir con precisión.
Los humanos somos poco asertivos al tratar con otros seres vivos porque la soberbia de nuestra cultura occidental, religiosa antes y racional-materialista ahora, sostiene la idea de una absurda superioridad de la especie humana que solo sirve para generar separación, desconexión y supresión de nuestro estado del ser con el entorno, con la vida como tal.
Es un grave error vivir como vivimos en la “modernidad”. Me decepciona mirar el horizonte y observar pocos cambios en esta ruta hacia el desierto, hacia la erosión.
En cierto modo convivir con la coneja me permite sentir que nuestros corazones se enlazan. La premisa es muy sencilla: si compartimos este lugar, esta casa, también compartimos el mundo, y el vasto universo que es aún más misterioso y desconocido. Al compartir el todo, tenemos un privilegio que nos es co-rrespondido: la existencia. Existimos en el todo, solamente así.
Justo hace unos días conversaba con Martín, un amigo, que me planteaba interesantes ideas para su tesis de maestría, y me llamaba la atención acerca de la Teoría de las Branas. Ahí hay algo en que pensar, algo que sentir, para aplacar nuestra soberbia y nuestro antropocentrismo. Sin duda.
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My daughter’s rabbit now is one year old.
Taking care of her has become part of my on-hiatus routine. In the morning I take her out of the cage and play with her while I check things, read, or check the web. By midmorning I take her to the cage and give her some parsley, basil, cucumber, mint, carrot or other delicacies. Small amounts and variations for each day. In the afternoon the same, I bring her next to my desk, or take her out to the garden. In this days I’m trying to plant some herbs and vegetables so she can eat straight from the earth. I’m learning about it.
It’s fascinating her intelligence, her sensitivity, her living will. It amazes me how her nature builds links with my nature at levels that I can not describe accurately.
We humans are poorly assertive when dealing with other living beings mainly because our Western culture, religious earlier and rational-materialistic now, that supports the idea of an absurd superiority of the humankind that only generate separations, disconnections and the removal of our state of being with the environment. That is, with life itself.
It’s a serious misunderstanding to live as we live in the “modernity” era. I feel disappointed looking at the horizon and seeing so little changes in the route to the desert and erosion.
Somehow living with this little rabbit allows me to feel that our hearts may interweave. The premise is simple: if we share this place, this house, we also share the world, and the vast universe, a universe that is even more mysterious and unknown. By sharing the whole, we have the privilege to co-correspond each other: we share the existence. It’s simple as that.
Just a few days ago I was talking with Martin, a friend, who has some interesting ideas for his master’s thesis, and it called my attention when we talked about the Theory of Branas. That’s something to think about, also something to feel different, that may appease our humankind pride and our anthropocentrism. No doubt.
Georgia wrote on Jul 14:
Thank you for sharing these thoughts, Enrique! I'm taken back to my childhood with my own pet rabbit. :) The company of animals is wonderful, connecting and learning to live with another species :)
Mary Kroetsch wrote on Jun 15:
I think you are sharing wonderful memories with this bunny.